Camina por una playa, nada en un límpido remanso, o toma una ducha y siente que el agua lava y arrastra tus problemas. Limpia y sosiega. Relájate e imagina la alegría de poder permitir que tus sentimientos fluyan a través tuyo sin restricción ni miedo. Nadie puede tener verdaderamente tu amor a menos que en verdad te ames a ti mismo. El Agua se relaciona con la tranquilidad, la apacibilidad y la compasión, el florecimiento de un corazón abierto. Su campo es el amor, y sobre todo el amor de dar sin pedir nada a cambio, y sin condiciones.
Elementales del Agua - NIXSA
Arcángel Gabriel
Si se está de pie junto al mar en un día ventoso de otoño, y se observa a las olas cuando chocan en la orilla, es posible que en la lejanía se vea una forma translúcida, encorvada, estirándose desde las profundidades del lecho marino abajo. Es Nixsa, y su reino queda en las profundidades de los océanos y los ríos de la tierra.
Es el Señor del Elemento Agua, y reside bajo la jurisdicción del Arcángel Gabriel, su Amo. Cuando quiera que Gabriel es invocado por protección, Nixsa se elevará a su lado, fluido y cambiante, trémulo de poder, mientras en chorros de rocío espera hacer su cometido. Juntos dirigen y comandan el movimiento de la lluvia, el flujo y reflujo de las mareas, y las respuestas instintivas sobre la tierra.
Nixsa
Quien ve a Nixsa, dice que es una figura arremolinada, majestuosa, de pujante intensidad. Sus cabellos son largos y fluidos, tocados con el brillo húmedo de alga marina, y salpicado como tentáculos de plata y gris. Sus ojos son gotas luminosas, siempre en tembloroso movimiento, reflejando el eco de un siglo de lágrimas, y a su alrededor extiende una capa, del color de alga marina, bordeada con espuma blanca de las altas olas del mar.
Nixsa puede ser tan gentil y maleable como un límpido remanso, o danzar y emitir luz como un río que cae en cascadas, pero también puede levantar hasta los cielos inmensas olas oceánicas, tan salvajes e indómitas como una tormenta tenaz. Si atrapamos su mirada, se dice que sus centelleantes ojos devolverán nuestra mirada envueltos en misterio, éxtasis hipnótico, mientras que lentamente saca de nuestras profundidades una desconocida y latente ternura que duerme impresa entre nuestros sueños. Y cuando nos habla, oiremos el distante murmullo de aguas corrientes fluyendo en su voz.
Elemental del Agua
Con una persistente ternura en su mandato, Nixsa evoca de los océanos a seres elementales diminutos, conocidos como las Ondinas de su Reino. Llueven en gotas alrededor suyo; pequeños, plateados chorrillos de agua; delicadas y alegres criaturas que danzan con el delfín, y giran en remolinos con las sirenas y peces del mar. Se nos dice que si miramos cuidadosamente, podemos verlos caer en forma de cascada en los arroyos que descienden por las laderas, durmiendo en conchas entre las piedras de las orillas, o paseando alegremente en las espaldas de las olas espumosas de las mareas.
EL ELEMENTO AIRE
El Aire es pensamiento. Es movimiento, contacto, comunicación, y los impulsos de la mente. Es la flexibilidad de acción - lo rápido, lo alerta, lo chispeante y lo nuevo. Se estira hacia afuera y hacia arriba, hacia abajo y hacia adentro. Es flotante, flexible, cede ante el estado de ánimo, y sin embargo es aún fuerte y persistente.
El Aire es primavera, la inocencia y la vibración del principio de una nueva estación, el brote de las hojas desde las semillas de la mente, y la fe en uno mismo, y la creencia en el propio destino. El Aire toca el color del Sol, y capta el pensamiento de la vida. Es la respiración del ser vivo. Si pudiéramos verlo, sería de color Amarillo.
El Aire es hijo de la Sabiduría, nuevo en la vida, de ojos abiertos, expectante y apresurándose precipitadamente a la luz. A veces tormentoso, sopla, baila, fastidia, busca, pregunta, desarrolla y respira. Se esfuerza en aprender y enterarse. Puede rugir, aullar y atormentar.
Es el suave toque de la inspiración - la fresca brisa primaveral de la razón, danzando en nuestros cabellos cuando caminamos por el valle del descubrimiento. Tiene la inocencia de los corderos retozando en la colina, y el estallido súbito de la luz encima de la oscuridad del horizonte.
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As de Espadas |
El Aire es la Espada de nuestra protección, un valiente retador a la voz de la emoción y del deseo. Crece, y en su crecimiento da nacimiento una y otra vez, lanzándose, arrastrando, haciendo olas en las aguas, ondula en los árboles de la tierra y abanicando el fuego del hogar en nuevas llamas. También puede cabalgar en la tormenta de su propia hechura. Sopla polvo en la cara de la estabilidad, convierte las ascuas en un furioso infierno y castiga las peñas en el mar, blanco con el rocío del ventarrón aullante de un amargo viento del este - la razón convertida en un disturbio.
El Aire es una idea, un pensamiento objetivo, una llamarada de inspiración e ingeniosidad. Es el brillo del genio, o la inquieta agonía de una mente atormentada. Es el nacimiento de la comunicación, que yace en el Este, donde la fe y el día empiezan. El Aire es el alba de la conciencia a través de las brumas de la inocencia, y es el heraldo de la Inteligencia del Espíritu cuando respira sobre la tierra.
El Aire dentro de nosotros
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Joachim Beuckelaer - Los cuatro elementos: Aire |
¿Alguna vez te han perseguido las hojas en otoño, y te has reído cuando saltaron sobre tus pies? ¿O has ofrecido la cabeza al viento mientras caminabas en los abiertos espacios del campo? El Aire tiene que ver con nuestro pensamiento y nuestra razón, y para expresarlo necesitamos comunicarnos, lo mismo que una brisa juguetea con nuestros cabellos, luminosa, brillante y fácil.
Como elemento, es casi totalmente incontenible pues no podemos verlo. No es sólido como la Tierra, o ardiente como el Fuego, o fluido como el Agua. Si tratamos de cogerlo, obtenemos un manojo de nada, lo mismo que si tratamos de coger un pensamiento, que se resbala de nuestro agarre. Los pensamientos y las palabras no nos pertenecen, así como el Aire no está bajo nuestro control. Probablemente todos hemos experimentado el sentimiento de “tener la mente en blanco", o haber "quedado sin palabras."
A menudo hablamos de salir a tomar aire fresco para "despejar las telarañas," pero ¿cuantos de nosotros nos hemos tomado un momento para estudiar el viento y su acción, para luego compararlo con nosotros? Asimila el proceso de comunicación al elemento Aire, y verás cómo el contacto es refrescante y ligero, continuamente en movimiento y cambiable.
El Aire no le debe nada a ninguno de los otros elementos, pues él es el amo de su propio destino; sin embargo, cuando está atrapado en bolsillos de agua o de tierra, puede volverse pesado y opresivo por falta de movimiento. El Aire nació para ser libre, así como nuestras mentes deben permanecer claras y ágiles, sin ser nubladas por la emoción o el prejuicio.
Demasiada estabilidad puede amortiguar la alerta y la originalidad, pero demasiadas preguntas pueden cegarnos a la simplicidad del sentido común. Compara el viento en las diferentes estaciones del año, desde la ligereza de una brisa primaveral hasta los vientos helados de pleno invierno, y mira cómo pueden afectar a los otros elementos, y a ti y tu naturaleza.
¿Cómo usas tus pensamientos? ¿O tus pensamientos te usan, dominan tu vida? ¿Por qué no comenzar a llevar un diario de lo que percibes sobre ti mismo, y comenzar a buscar quien eres verdaderamente?
Cuando has perdido tu camino...
Sal y camina en la brisa o en el viento. Siente como acaricia tus cabellos. Es fresco y calmante. Respira profundamente, y date cuenta de la paz que se puede lograr al permitir que tus pensamientos fluyan libres. Nadie tiene el poder de controlar estos pensamientos excepto tú.
El Aire es acerca de la libertad y la verdadera paz mental. Trata de la fe en ti mismo y de creer en este gran universo que te ha dado la vida. Es acerca de la verdad- y sobre todo, la verdad que eres tú.
Elementales del Aire - PARALDA
Arcángel Rafael
Si estás de pie en la bruma mañanera y miras hacia el cielo, justo cuando el sol se eleva, puede que tengas la suerte suficiente para captar un resplandor fugaz de una forma brumosa y oscura de azul neblinoso saltando entre las nubes en el borde del viento. Este es Paralda, y su Reino está alrededor nuestro, pues él es el Señor del Elemento Aire, y reside bajo la jurisdicción del Arcángel Raphael, su Amo.
Paralda
Cuando quiera que se invoque la protección de Raphael, se puede ver a Paralda emergiendo al lado de él, listo para desempeñar su papel; juntos dirigen y comandan el movimiento del Aire y los esquemas del pensamiento alrededor de la tierra. Quienes ven a este Rey Poderoso, dicen que surca por los cielos con alas de telaraña, sus ondulantes cabellos con rayas de luz del sol, y sombreados con la blancura grisosa de las nubes que lo rodean. Sus ojos son de plata, rayos de luna rasgados, danzantes y alertas; la forma tenue de su cuerpo desmiente su fuerza, pues aunque puede parecer tan suave como el toque de la primavera en tu mejilla, su poder es tan salvaje e imprevisible como un aullante viento del este.
Se nos dice que, con solo una mirada, puede captar los secretos de nuestros pensamientos más profundos en el momento fugaz de su fija mirada penetrante, y cuando habla lleva en su voz el sonido arrullador de los breves ventarrones de verano, o de las leves brisas otoñales. Es por el aliento de las órdenes de Paralda que controla a los seres elementales diminutos de su reino, conocidos como los Silfos. Prontos y graciosos, se reúnen para rodearlo, con sus plateadas formas etéreas e indefinidas de duendes.
Elemental del Aire
Se dice que se los puede oír a menudo susurrar en las copas de los árboles, mientras que circulan por los cielos con los pájaros del aire. Pero tenemos que ser rápidos para darles un vistazo, pues siempre están en movimiento, siempre cambiando de forma, subiendo y deslizándose, surcando y bajando en picada, delgados bailarines sin esfuerzo, tremando en la respiración del viento.
EL ELEMENTO TIERRA
La Tierra es estabilidad; es todas las cosas que nos traen nutrición, plenitud, y fertilidad. Es nuestra base y nuestra necesidad básica.
La Tierra es el terreno bajo nuestros pies, la fundación sobre la que construimos nuestra vida. Es el centro de nuestro sentido común, nuestra sensualidad, y nuestros sentidos. Por ella tocamos, saboreamos, olemos, vemos y oímos con nuestros ojos y orejas.
La Tierra es verde. Danza en las hojas, en los campos, y en los setos. Colorea las plantas que surgen a la vida desde los fundamentos de la estabilidad. La Tierra es su fuente raíz, como lo es para nosotros.
La Tierra es la media noche. Una oscuridad eterna, donde no podemos ver, pero somos obligados a percibir. Es calurosa, bochornosa y silenciosamente protectora. Es la confiabilidad y la vulnerabilidad de la vejez. El tiempo de conocer y comprender - la parte de nuestra vida donde el crecimiento empieza y finaliza.
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As de Pentáculos (Oros) |
Es el disco de la materialidad; circular, significando la redondez y plenitud de la naturaleza; el ciclo continuo de la vida; el fénix levantándose de las cenizas, el renacer anual de la tierra.
La Tierra es invierno, donde todo aparenta morir, pero sigue viviendo bajo la superficie, debajo de la sólida corteza y en el moderado calor de la tierra. La promesa de un nuevo nacimiento por venir con la primavera, cuando la savia sube por las raíces de todas las cosas vivientes.
La Tierra es confiable. Comprende la vida. Es la solidez del futuro, construido sobre los fundamentos del pasado. Es rica y oscura, fuerte e inmóvil.
Contiene la sal de nuestras lágrimas y construye desde su refresco, pero puede quedar mustia por el calor de nuestro deseo. Ella nutre la raíz, le da sustento a la felicidad que requerimos. Siente su textura en tus manos. Siente la energía que penetra por las plantas de tus pies, cuando corres descalzo por el césped.
La Tierra es estar en casa con uno mismo, integrado, sin obsesiones, fecundo y preparándose para todas las cosas.
La Tierra es la Madre de la Fuerza, de la Justicia y de la Ley, la base del mundo físico y el habitáculo del Espíritu en manifestación.
La Tierra dentro de nosotros
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Joachim Beuckelaer - Los cuatro elementos: Tierra |
La Tierra es más contenible y más segura que el Fuego, porque ella es el sustento de la vida, así como nuestra propia estabilidad; puede sostener la vida de una idea, de un deseo o un sueño. Sin este elemento dentro de nuestra naturaleza, no habría fruición de nada, puesto que sin acción, todo quedaría en los reinos de la imaginación.
De todos los elementos, es el más fidedigno. Muchas personas buscan seguridad o compañía en animales, pero el tacto de la tierra bajo nuestros pies es la cosa más sólida y fiable que hay.
La llamamos la Madre Tierra, por su hermoso Ser verde y fecundo no es una esfera inanimada de roca y piedra, sino el sustento de nuestras vidas. Y así como una madre, a menudo la tomamos por garantizada. La arrasamos, la quemamos y la aramos, pero siempre permanece.
Toma un puñado de tierra después de la lluvia, y toca la humedad en su textura. La tierra necesita del agua para evitar que se vuelva yerma y seca, y el agua es emoción, compasión y amor. Requerimos amor y emoción para permanecer estables y evitar que nos sequemos por dentro. La combinación es buena pero, mezclada con demasiada agua, se puede convertir en ríos de barro, ocasionando que nuestra estabilidad resbale.
Compara las diferentes texturas de la piedra, la madera, el carbón de leña y la tierra y las diferentes fases desde el polvo al barro, o el fresco campo recién sembrado con otro sin arar y sin sembrar. Hay mucho que podemos deducir sobre nosotros mismos a partir de todas estas cosas, al vincular la Tierra con los otros elementos.
Los zapatos son una de las cosas más difíciles del hombre civilizado. Quítatelos alguna vez, y percibe tu fuerza y buen humor regresando cuando caminas sobre el césped y atraes energía de la tierra. ¡No tienes que creer que esto sea verdad - sólo ensáyalo!
¿Cuánta tierra hay en ti? ¿Eres confiable, sólido, fidedigno? ¿O estás acosado con preocupaciones emocionales, o deseos obsesivos? ¿Piensas demasiado, dejando que esto altere tu seguridad? ¿Sabes verdaderamente cuan fuerte y capaz eres?
Demasiada cantidad de cualquiera de los otros elementos perturbará nuestra estabilidad; pero demasiado poco de ellos para atemperar la Tierra, ocasionará que nos volvamos inertes, aburridos e incapaces de adaptarnos al cambio.
Cuando has perdido tu camino...
Camina por el campo. Estudia los diferentes colores y texturas alrededor tuyo. Siente el secreto mundo oculto de los animales, la tierra bajo tus pies, y la abundante belleza de la vida. Es sólida y confiable, inclusive en medio del cambio.
Escucha los sonidos de la floresta, percibe el olor de las flores, y date cuenta de la fuerza que se puede conseguir al caminar siendo uno con la plenitud de la naturaleza. Ninguna otra persona puede darte verdadera seguridad - únicamente puedes lograrla tú mismo.
La Tierra es sobre la estabilidad. Trata sobre el reconocimiento y la aceptación de las leyes naturales de esta tierra que nos proveen la nutrición. La Tierra nos da dignidad, respeto, y fuerza de voluntad. Proporciona comprensión, y sobre todo comprensión y aceptación propias.
Elementales de Tierra - GOB
Arcángel Uriel
Si estás de pie al borde de un silencioso claro herboso en una noche de invierno, y miras profundamente en el bosque más allá, puede que captes un resplandor fugaz de una figura como de duende en cuclillas, que te devuelve la mirada en el brillo de la luz de la luna entre los helechos. Este es Ghob, y su Reino queda en los bosques y las pasturas de la tierra, pues él es Señor del Elemento Tierra, y reside, con los animales, bajo la jurisdicción del Arcángel Uriel, su Amo.
Cuando quiera que se invoque la protección de Uriel, Ghob está de pie silenciosamente a su lado en las sombras, esperando para hacer lo que se le solicite. Juntos dirigen y comandan la masa de tierra, las plantas, y la estabilidad de este mundo en el cual todos vivimos. Se dice, por quienes cuentan con experiencia, que Ghob es un ser solemne, oscuro, con ojos cautos de afilado cristal, y delicada ropa de helecho laminado, cosido con brillantes hilos de rocío por ocupadas manos de elfos. Sus entristecidos rasgos puntiagudos muestran las cicatrices profundas de los rigores de la vida, causados por entrometidos no invitados: la jungla de hostiles vecinos humanos que comparten su Reino Terrenal.
Este Rey Elemental es mucho más tímido y menos accesible que los otros. Su poder es indomable, y su fuerza no tiene comparación, pero él permanecerá normalmente oculto en los prados secretos y en los bosquecillos donde los humanos no van. Sin embargo, si buscamos muy cuidadosamente, y si ganamos su confianza, puede ser que se muestre, a veces asomándose desde la maleza, o quizá casi inmóvil con su espalda contra un tronco de árbol en un bosque al borde de una quebrada.
Gob
Hay muchas caras y formas elementales que se pueden ver entre el verdor de la naturaleza, si nos tomamos sólo un momento para sentarnos y fijar la mirada. Se nos dice que si alguna vez captamos la mirada de Ghob, por un punzante momento, estaremos irresistiblemente atrapados por el fantasmal desconcierto en sus ojos almendrados. Y de algún modo saborearemos el amargo fruto de la responsabilidad personal que nos incumbe por la ignorancia de nuestra raza, que está tan deseosa de desarraigar y profanar los tesoros ocultos de la tierra de Ghob.
Este silencioso y sombrío ser, puede ser tan gentil y protector como un árbol umbrío, o tan protector y pesado como un bosque por la noche. Si escoge hablarnos, su voz es tan quebradiza como el chasquido de una ramita, y es a través de estas órdenes abruptas que indica a los Gnomos - los seres elementales en miniatura de su Reino - para que se reúnan a su lado. Estas tímidas y diminutas criaturas más a menudo aparecen ante nosotros en la semblanza de forma humana- a veces delgados como un elfo, o delicados como un hada, y a veces pequeños, gruesos y pesados.
Elementales de Tierra
Se arrastran de fuera de las formas sin tiempo del roble y la ceniza, del helecho y del arbusto, deslizándose de los pétalos de flores, musitando debajo de un helecho, asomándose desde dentro de los setos, saltando y correteando precipitadamente, caminando y esparciéndose alrededor de su Rey a medida que acumulan confianza y exuberancia.
Se nos dice que, si estamos de pie en el campo a la hora de la media noche, y escuchamos atentamente, podemos poder oír la charla y la risa de sus vocecitas chillonas cuando trepan por la noche, sus diminutas linternas balanceándose ante ellos, y el zumbido de su cháchara atravesando el aire como una colonia de abejas, atrapadas en un panal, muy lejos, en los bosques distantes.
Los cuatro elementos en la Naturaleza
Fuente: Orden del León Blanco.
http://www.orderofthewhitelion.com/theelements@/The4elements.htm
Traducción por Artemidoros